Hoy voy a hablaros de una película del año 2000, cuando estaban en pleno auge las pelis de terror japonesas: "La Maldición" o en su título original "Ju-on".
Os voy a confesar algo, como sabéis soy fanática del cine de terror, a la vista está, pero pocas son las películas que me han generado pavor hasta días después de verlas. En el caso de "La Maldición" lo pasé realmente mal. Fui a verla en la última sesión, sabiendo que saldría de madrugada, pero claro, como a mí me gusta el terror creo que la hora ideal para ver una peli así es esa y en soledad. Mi recuerdo fue que según avanzaba la película había gente que abandonaba la sala. Gente que no aguantaba más la tensión y se fue. Yo creo que esa reacción era exagerada, pero hubo algún momento de esos días posteriores en que me costaba apagar la luz de la habitación en que pensé "por qué no me iría de la sala yo también". Desconocía la intensidad del cine de terror oriental. Cierto es que ahora la veo y me entra hasta la risa, pero por aquel entonces no estábamos acostumbrados a la expresión facial que ponen los orientales en el género. Me pareció tremendamente innovadora y diferente al terror que se estaba haciendo entonces. Lástima que luego se explotara ese recurso tanto que actualmente ya no genere en mí esas sensaciones.
Rika es una chica que trabaja cuidando a una señora y en su casa ocurren cosas extrañísimas. Un día, Rika encuentra en el piso de arriba a un niño acompañado por un gato negro. La situación se torna siniestra y Rika descubrirá una maldición que se produce en esa casa una y otra vez alimentándose de nuevos vivos.
Aparte de que la historia no era la típica de casas embrujadas ni cosas por el estilo, para mí lo mejor de la peli es cómo la banda sonora se funde con la imagen en los momentos de tensión. El guión es una chorradita, pero como dije planteaba algo desconocido en nuestra cultura. Y repito, lástima que se haya explotado tanto ese recurso que hoy en día me aleja de este género.
Ya sabéis, amiguitos, portáos bien o si no veréis niños de 6 años dentro de los armarios con un gato negro entre los brazos. Jijiji
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