viernes, 28 de febrero de 2014

GRAND PIANO

¿Qué fumaron Telefónica and company para subvencionar "Grand Piano"? Oídme de verdad, ya estaban tardando mucho en aparecer las nuevas "Estafas peliculeras". Y ésta, además, se lleva 4 patatas. Primero os voy a decir que el guión es una puta mierda. ¡Qué originales! Tío que lleva cinco años sin tocar en público porque la última audición fue un maldito desastre, de repente tiene un gran concierto donde tocará además la pieza más complicada que existe sobre la faz de La Tierra. Su mujer es una macroestrella y le roba protagonismo. Entonces, en la gran noche, el super pianista tiene una presión añadida porque un francotirador le amenaza con hacer un sangrerío si falla una sola nota. Bien. ¿No había una historia más absurda? Al parecer no. 

Obviando eso, tampoco es una joyita a nivel interpretativo. Elijah Wood no me desagrada pero en este papel se requería a alguien menos rígido. Es verdad que el personaje está sometido a presión y es probable que sea por eso que sus brazos en algunas escenas se me antojen algo inexpertos. No osbtante, como os digo, creo que es lo mejor de la peli. Él y su cara de estrés. 

Ahora voy a comentar dos cositas que son las que convierten a este zurullito en cine de 4 patatas. La primera es el flipe que tuve al ver la escena donde la esposa canta un tema. Vamos a ver. Hay recintos habilitados para que cantantes de Ópera, cuya técnica sea la apropiada, pueden interpretar arias enteras sin necesidad de microfonía. Repito, Ópera. Y lo escucharán tanto los de la primera fila como los del Palco. Bien. Hasta ahí todo genial. El problema es que ¿quién coño se va a creer que esa chica con voz de mosquita de la fruta vaya a cantar desde el palco vip sin micrófono y masterizada cual álbum de estudio? ¡Viva la fantasía! 


La otra escenita es el momentazo de John Cusack y Elijah Wood colgados de los focos. Esta escena de babuínos del Zoo Aquarium me sobró totalmente. Como la película ya no era suficientemente desastrosa, se dedican a meter cosillas de Misión Imposible. Aparte del asombroso hecho de tener a un tío hablándote al oído mientras tocas piezas ultracomplicadas, como quien barre y habla a la vez.

En fin. Una hora y media de mi vida perdidas totalmente.

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