Madrugada. Llego de fiesta a las 5 de la mañana y de forma totalmente inocente enciendo la televisión. Entonces encuentro una película que comienza: "Konga". Por el aspecto parece de los 60 y como no la conozco me dispongo a verla. Amiguitos, cuando comenzó lo bueno de la peli me di cuenta de que humor y horror se escriben con h. ¡¡¡¿Qué absoluto zurullo despropósito tenía delante?!!!! Ese mono, que de verdad me niego a creer que estuviera hecho de la mejor forma posible aunque fuera en esa época, va a protagonizar mis próximas pesadillas.
Una cosa es que os diga que era una mierda y otra que podáis verlo con vuestros propios ojos. De repente el bicho se pone a coger a gente en peso y a llevarla por la ciudad como si fuera un Mikado. La ley de la gravedad no afectaba a ninguna de esas personas a las que agarraba, y si no, eran muñequitos. Sí, amiguitos, Rosauras y Rosauros. Es verdad que en el cine nos encontraremos con su magia. A veces la de Dynamo y a veces la de Tamariz. Luego, el animal se movía con una lentitud digna de estudio. A ver, si un mono gigantescto os fuera a coger a 2 km por hora, probablemente, y digo probablemente porque no sé cuál será vuestra situación física después de estas Navidades, os daría tiempo a salir corriendo, comprar el periódico y tocar el timbre de la vecina esa a la que odiáis, por molestar, básicamente. También voy a hablaros de los espacios. La diferencia entre el plató a tamaño real y las maquetas es tan grande que creeréis morir solo con mirarlas. Es decir, cuando una ciudad se prende fuego (como es el caso en esta película) las llamas alcanzan cierta altura, ¿no? Bueno, pues aquí, la altura es la que podría alcanzar un oompa-loompa.
Estos experimentos con monos y plantas carnívoras son el cóctel perfecto para perder los papeles en plena madrugada. Os adjunto trailer. Está en inglés, pero en algunos mundos de fantasía, los idiomas no existen.
Una cosa es que os diga que era una mierda y otra que podáis verlo con vuestros propios ojos. De repente el bicho se pone a coger a gente en peso y a llevarla por la ciudad como si fuera un Mikado. La ley de la gravedad no afectaba a ninguna de esas personas a las que agarraba, y si no, eran muñequitos. Sí, amiguitos, Rosauras y Rosauros. Es verdad que en el cine nos encontraremos con su magia. A veces la de Dynamo y a veces la de Tamariz. Luego, el animal se movía con una lentitud digna de estudio. A ver, si un mono gigantescto os fuera a coger a 2 km por hora, probablemente, y digo probablemente porque no sé cuál será vuestra situación física después de estas Navidades, os daría tiempo a salir corriendo, comprar el periódico y tocar el timbre de la vecina esa a la que odiáis, por molestar, básicamente. También voy a hablaros de los espacios. La diferencia entre el plató a tamaño real y las maquetas es tan grande que creeréis morir solo con mirarlas. Es decir, cuando una ciudad se prende fuego (como es el caso en esta película) las llamas alcanzan cierta altura, ¿no? Bueno, pues aquí, la altura es la que podría alcanzar un oompa-loompa.
Estos experimentos con monos y plantas carnívoras son el cóctel perfecto para perder los papeles en plena madrugada. Os adjunto trailer. Está en inglés, pero en algunos mundos de fantasía, los idiomas no existen.
Homer Simpson en uno de sus muchos papeles... ¡No me digáis que no se parece! |
Es por ello que queda inaugurada esta nueva sección llamada "humor y horror se escriben con h" donde os presentaré los mojones del 7º arte sin ninguna censura. Valdrá la pena.
Se abre una nueva era, amiguitos.
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