Michael Douglas |
El pianista Walter Liberace dejó tras de sí una vida de excesos, opulencia y excentricidad, pero después de ver la película basada en su vida "Behind the candelabra" todos esos adjetivos se quedan cortos. El encargado de interpretar a Liberace es Michael Douglas, que por cierto está brutal. Ha plasmado perfectamente al Liberace real, aunque lo cierto es que el verdadero protagonista de la historia es Scott Thorson (Matt Damon), un jovencito ingenuo del que se encapricha el pianista y al que ofrece una vida llena de felicidad y promesas acerca de un futuro en el que no le faltará de nada. Scott se enamora, encadilado por todo lo que rodea a Liberace, pero también y sobre todo, por su talento y personalidad afable. Ambos demuestran durante el desarrollo de la cinta tener serios conflictos emocionales consigo mismos, y lo que empezó siendo una vida ejemplar, se convirtió en un tomento para Scott, perdiendo lentamente todo cuánto le hacía inocente y especial. Ese desencanto que sufre el personaje es debido al descubrimiento de un mundo sórdido y cruel al que no pertenecía y al que por tanto no estaba acostumbrado.
Michael Douglas y Matt Damon |
La interpretación de Michael Douglas es espectacular, calca exactamente los movimientos, el acento y las expresiones faciales del pianista, pero Matt Damon está fabuloso, de hecho a mi personalmente me ha parecido el mejor de la peli con diferencia. La transformación de Scott es increíblemente radical; pasó de ser un joven dulce y sin experiencia, a ser un hombre hastiado y furioso. Damon está estupendo haciendo esta metamorfosis.
Es una película biográfica aunque no sé hasta qué punto será fiel o no a la realidad. No obstante, como film ofrece una entretenida e intensa historia. Una clara representación sobre cómo es la vida de una estrella cuando está en su mejor momento y cómo se convierte, por norma general, en una triste historia cuando llega al ocaso de su carrera. En este caso sí que sería viable la frase "el dinero no da la felicidad", así que si queréis dádmelo a mí que no me importa hacer tal sacrificio por vosotros.
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