BUSCANDO A NEMO

"Buscando a Nemo" es una de esas pelis que vas a ver con tus niños, sobrinos o hermanos pequeños y tratas por todos los medios de que éstos no te vean llorando. Es una preciosidad de la mano de Disney y Pixar que no dejó indiferente a nadie que la vio. Es divertida, dulce y tierna. Una superproducción que bien mereció el dinero invertido. Os hará pensar en la sobreprotección y en la necesidad de comunicación familiar.

Nemo es un pez payaso con un defecto en una de sus aletas, y, como hijo único, vive en un arrecife de coral sobreprotegido por su padre. Un día y desobedeciendo sus órdenes, un dentista australiano lo captura para meterlo en la pecera que tiene en su consulta. Su padre emprenderá un viaje arriesgado y peligroso para rescatar a su pequeño. Ambos aprenderán una valiosa lección gracias a esta aventura y además harán divertidos amigos durante el proceso.

El argumento es una pasada, algo nuevo y sencillo que no se había plasmado todavía en el cine infantil. Una historia capaz de conmover al más fuerte. El guión es fresco y muy ingenioso y la sonorización es estupenda. Gráficamente fue todo un hallazgo. De hecho, recuerdo en la sala del cine cómo todo el azul del océano impregnaba cada rincón de la sala. Cómo los fondos marinos se me antojaban nuevos y hermosos. Después de tantos años sin ver una película ambientada en el mar, como "La Sirenita", encontrarse con "Buscando a Nemo" fue estupendo. El doblaje al español me pareció un trabajo memorable, destacaría la figura de Anabel Alonso, que le otorgó al personaje de "Doris" la locura y frescor que precisaba.

Ganadora de un Óscar como Mejor Largometraje de Animación, os resultará una delicia para compartir en familia por su alto contenido sentimental y principios morales. La crítica la alabó y no es para menos, os llegará porque es un film profundo y hace pensar en muchas cosas desde la perspectiva adulta.

"¿Tú hablas ballenooooo?"