Cuando me encontré con "Dark Touch" no me imaginé la temática que tendría. De hecho, cuando ví el trailer pensé que era más un fenómeno Poltergeist que otra cosa. Niamh con tan solo 11 años, es la única superviviente de una noche fatídica en la que los objetos de su casa arremeten contra su familia. Recogen a la niña temporalmente, Nat y Lucas, unos amigos de sus padres, que hacen lo posible e imposible porque la pequeña vuelva a tener una vida normal llena de cariño y comprensión. Pero Niamh no consigue estabilizarse emocionalmente, sino todo lo contrario. Consciente de sus poderes de telekinesis, cada vez que se encuentre en un sentimiento de ira o rabia, arrollará a través del mobiliario a todo cuanto se le pase por delante. Víctima de los abusos que recibió por parte de sus propios padres, no sabrá diferenciar el cariño de las agresiones y su mente perturbada la hará reaccionar de la forma más violenta posible.
Obviando el hecho de que es una mierdecita más en el cine, es un film pasable, pero no para hacer volteretas. El argumento me horrorizó, fundamentalmente todos los argumentos que tratan sobre niños que son víctimas suelen causarme rechazo, me afectan más de la cuenta, así que intento evitarlos. "Dark touch" recuerda mucho a otros filmes de terror como "Maleficio" o en su título original "An american haunting", donde Donald Sutherland interpreta a un padre de familia que trata de poner orden en su casa ya que parece que su hija menor está experimentando la visita de fantasmas que la atormentan. También tiene alguna reminiscencia de "Carrie", cuya influencia es innegable, al parecer cuando una historia funciona comercialmente hay que explotarla al máximo sin reparar en que el público quiere cosas nuevas. Y ya por último, hallaréis alguna relación con "El pueblo de los malditos". Vamos, que estaréis unos días pensando en que los ojos de vuestros hijos están más claros de lo habitual. Le dedico 3 patatas, porque ni los efectos ni el guión merecieron la pena. Aparte del hecho de que no me gustan las copias tan evidentes que se han hecho de otras historias. Los actores están justitos, exceptuando a algunos de los niños que son muy creíbles, pero desaprovechados con un argumento tan flojo.
¿Sabéis una cosa, amiguitos? Ojalá, como en esta película, más de un sinvergüenza que atenta contra sus propios hijos, recibiera su merecido.
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