"El lado bueno de las cosas" tiene un lado bueno y un lado malo, como todo en la vida. Lo bueno es la interpretación de Robert De Niro, que como siempre que aparece aunque sea 10 minutos en una película, vale la pena verla, y la maravillosa expresión de Jennifer Lawrence. Está fabulosa.
Lo malo, es el resto de la película. Sí, amiguitos, "El lado bueno de las cosas" tiene una parte "zurullo", no me ha gustado nada de nada. Lo único que me pregunto es cómo puede haber recibido los setecientos y pico mil premios que tiene. A ver, los de mejor actriz están totalmente justificados, pero como mejor película, guión o mejor actor por Bradley Cooper, mi mente obtusa no alcanza a comprenderlo. O eso o tal vez he vuelto a quedarme sin las gafas especiales del signo del euro y por eso no alcanzo a entender la grandilocuencia de este film.
Lo más ingenioso de la película es el trastorno obsesivo compulsivo del padre de Pat. Una vez más De Niro vuelve a enamorarme. Y eso que no es lo mejor que ha hecho, pero a él le permito unas licencias que para nada merecen otros actores. Bradley Cooper. Uf. No me termina de convencer. No es un mal actor, es más bien un actor comercial que encaja bien en algunos perfiles pero que no explota sus cualidades. Se me antoja superficial y aburrido. Jennifer Lawrence es la que mejor está en este film. Su personaje es intenso y pasa por diferentes estados emocionales. Borda el papel.
La historia es una mierda. Lejos de resultarme atractiva con un profundo mensaje, me pareció lenta y manida. El guión no me dice nada. No es tan ingenioso como lo pintan los comprados los críticos y en el aspecto cómico tampoco tiene tanto gancho. Es una comedia romántica más, sin ninguna transcendencia. 3 patatas que le dedico y no la pongo como Estafa Peliculera porque hoy estoy de buen humor.
Sacadle el lado bueno a las cosas, pero con un poco de talento si es posible. Y los momentos "Dirty Dancing" dejádselos a los profesionales.
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